miércoles, 28 de diciembre de 2016

Lo que cambia la vida en 6 meses.

El pasado jueves 22 de diciembre nuestro bebé cumplió los 6 meses y creo que este esperado acontecimiento se merece un post recopilación.

Medio año da para mucho, y la verdad es que se nos ha pasado super rápido. Hemos tenido momentos felices, momentos muy felices, mucho estrés, alegrías y algún que otro disgusto.

 
Si nos seguís desde hace cosa de un par de meses sabréis que nuestros comienzos como familia no fueron lo que se dice fáciles. Fue un parto delicado, largo y duro, del que salió un bebé con un pequeño problema cardíaco y que en el mismo día en el que nos dieron el alta tuvo un problema de deshidratación que nos obligó a volver al hospital.

Superados los problemas iniciales, tuvimos que decidir que tipo de padres queríamos ser, si, habéis leído bien, tuvimos que decidir, porque ante los consejos y las, a veces, imposiciones de mi señora suegra, tuvimos que ponernos firmes, en ésta casa mandamos nosotros y el que no quiera rock que no venga al concierto.

Cumplido el primer mes, que dicen que es el más difícil, aunque, sinceramente, a mi me parece más difícil la etapa que se me viene encima que ya han empezado los desplazamientos, pusimos rumbo a España, un arduo viaje de casi dos mil kilómetros con una media de 35º, dos días después no sé quien tenía más babas colgando, si mi hijo o mis padres.

Un mes agotador, todo sea dicho, compromisos familiares por doquier y claro, dentro de lo posible intentábamos respetar los ritmos del peque, pero a veces era casi imposible, teníamos que agendar con quien nos tomábamos el café de la mañana, en casa de qué abuela nos tocaba comer, el café de después de comer, la cañita de la tarde y cenar con los otros abuelos. La última semana fue realmente caótica.



Otros dos mil kilómetros de vuelta pensando en que porfin llega la paz, craso error. La vuelta de paparockero al trabajo supuso un duro golpe a mis horas de sueño, durante la baja nos turnábamos para las tomas pero ahora era mi responabilidad para que paparockero no fuera zombi al trabajo. Eso si, los fines de semana eran, y siguen siendo para mi, quiero decir, paparockero está acostumbrado a madrugar aunque no quiera, asi que los sabados y los domingos se lleva al enano y me deja mantener un pequeño idilio con la cama.

Cuando ya teníamos la rutina establecida, nos íbamos apañando, yo me quedo en casa ocupandome del niño y las tareas cotidianas y en el momento en el que paparockero cruza el umbral de la puerta el niño es suyo y mami puede asearse, "relajarse" y rockear un poco. Justo en ese momento a papá le sale un viaje a Belgrado, de 5 días nada menos. El cielo se me vino encima, ¿cómo iba a ser capaz de sobrevivir 5 días con sus 4 noches con un bebé de 3 meses? Oye, pues no se hizo del todo difícil, el peque ya tenía las rutinas de sueño muy bien asentadas y los horarios de las siestas podían variar en un margen de media hora así que todo controlado, en la primera siesta hacía la comida, en la segunda comía, en la tercera recogía un poco la casa y en la cuarta lo preparaba todo para el paseo. Cuando el peque caía en coma a la hora de dormir aprovechaba para ducharme, cenar y relajarme con una cervecita sin alcohol.

Regresó paparockero, bien, pero la felicidad no duró mucho. No habían pasado dos semanas desde que había vuelto y yo empiezo a encontrarme mal, llevo tiempo con las muelas del juicio decidiendo si salir o no, pero parece que ya han tomado la decisión final. Exacto, tocó ir al dentista y sacarme dos de ellas.

La semana más dura de mi vida, sobretodo los dos primeros días. Etel con 4 meses y medio ya empezaba a querer tocarlo todo y como no la cara era un punto clave, los dos primeros días no fui capaz de darle siquiera besos por el dolor y la hinchazón provocada por los puntos, hasta dos días antes de que me les sacaran no pude cogerle en brazos por miedo a que me diera un golpe y me los saltara. Fue una semana durísima porque cada vez que me veía me sonreía y estiraba los brazos hacia mi, no quiero ni recordarlo, ni pensar que aún tengo que volver a que me saquen las otras dos 😭

Volvemos al caos, porque en nuestra vida no puede haber mucho tiempo de relax porque se ve que si no nos acostumbraríamos. Vuelven a venir mis suegros, y con ellos las discusiones sobre nuestra manera de vivir y educar a nuestro hijo, la verdad para mi fue una semana muuuuuy larga.

A la que ellos se fueron, recibimos otra visita, un amigo de cuándo vivimos en Núremberg (Nürnberg bien escrito), el 30 cumpleaños de paparockero y su consiguiente celebración, otro viaje, ésta vez de dos días en el que elefantito y yo nos volvimos a quedar solitos, otras dos visita de Nürnberg en dos fines de semana consecutivos.

Conocimos a Saint Nicholas (San Nicolás o Papá Noel) que aquí viene el 6 de diciembre, la revisión de los 5 meses y nuestro primer vuelo (del que os hablaremos proximamente) y 23 caóticos, estresantes y festivos días en España en los que hubo momentos buenos, momentos no tan buenos, estrés y mucho cansancio, porque para nosotros hace tiempo que "volver a casa" ya no es considerado vacaciones, si no más bien compromiso, y con el peque aún más, no podemos saltarnos una visita sin que las abuelas nos salten encima...

Durante éstos seis meses hemos visto como nuestro pequeño crecía a velocidad de vértigo, como empezaba a agarrar objetos, cuando consiguió darse la vuelta fue todo un hito, pero también un temor porque ahí empezó el peligro, ya no había brazos, solo existía en suelo y todo a su alrededor era potencialmente babeable.


Hemos descubierto que el colecho no lo es algo que elijan los padres.

Aprendió a desplazarse dando vueltas sobre si mismo y después hacia atrás. He de reconocer, que desde que aprendió a ir para atrás hasta que descubrió que podía levantar el culo tardó bastante, pero si bien es cierto que es un niño bastante precoz para su edad.

Lo pasamos mal con su primera vacuna, pero descubrimos a todo un campeón que en la segunda ni lloró.

Hemos sido testigos de sus laaaargas conversaciones con los peluches, de como elegía sus juguetes preferidos, de su interés en la comida, y en la bebida, y de cómo de un día para otro aprendió a mantenerse sentado sin ayuda.

Ya agarra el biberón el solo y maneja el chupete como si de una extensión de su cuerpo se tratara. Que todo lo que hay al alcane de la mano acabará inebitablemente en la boca, y que el dedo de papá es el manjar más maravilloso del mundo (aunque espero que no durante mucho porque acabamos de empezar a introducir alimentos).
 
Descubrimos que si cuando se enfada le haces burla no puede evitar reírse, así que en casa casi nunca hay lloros que duren más de unos segundos. Y que tenemos una cabeza a prueba de chichones, en parte gracias a la pomada de árnica. (😆)

En estos seis meses, en definitiva, hemos aprendido entre los tres, y las dos peluditas, a ser una familia, a que todos tenemos nuestros más y nuestros menos, hasta una cosita tan pequeña, pero a fin de cuentas estos meses lo que sobretodo han supuesto ha sido una sobredosis de amor en nuestras venas.


miércoles, 21 de diciembre de 2016

Alcohol y lactancia.

Ahora que se acercan las fiestas quería hablaros sobre un tema que a mi me dio varios quebraderos de cabeza.

No os ha pasado alguna vez que habéis pedido una cerveza "sin" en un bar y cuando os la han servido pone que lleva menos de un 0'5% de alcohol, las dos primeras veces que me pasó me dio una rabia tremenda, la primera vez fue estando embarazada y dicha cerveza se la acabó bebiendo paparockero casi íntegra, un par de traguitos le pegué yo. La segunda vez me pasó con el niño de peque y tuvimos que pedir que nos la cambiaran.

Aquí en Alemania es relativamente fácil encontrar cervezas que no tengas absolutamente nada de alcohol, de echo aquí se consideran bebida isotónica, pero también hay una gran mayoría de cerveza considerada "sin" que tiene en la etiqueta el >0'5% así que en mi afán conocedor me puse a investigar.

Tras mucho leer y buscar descubrí que las mamás lactantes podemos pegarnos un caprichito de vez en cuando, OJO las lactantes, las embarazadas no.

El cuerpo humano metaboliza el alcohol y éste pasa al torrente sanguíneo, por lo que durante el embarazo esa cantidad de alcohol, aunque fuera mínima le llegaría al pequeño, cosa que no queremos, porque como por todos es sabido puede producir problemas en la gestación y un desarrollo anormal del feto, así como una disminución del tono muscular, una mala coordinación, el retraso del desarrollo en el pensamiento, el lenguaje, el movimiento o las habilidades sociales, anomalías cardíacas y malformaciones varias.

Así que ya sabéis durante el embarazo ni olerlo.

Pero durante la lactancia la cosa cambia, a ver, tampoco vengo a deciros que os emborrachéis a diario, estamos hablando de una copita.

La proporción de alcohol inocua para el bebé sería del 0'5% por kilo, es decir, nuestro cuepo acepta y metaboliza una graduación de medio grado de alcohol por cada kilo que nosotros tengamos, por lo que podemos beber el doble de nuestro peso sin que llegara a afectar a la leche materna.

Si bien es aconsejable no consumir absolutamente nada tanto durante el embarazo, como durante la lactancia, aunque ya hemos visto que sería inocuo.

El principal motivo por el que es recomendable no beber es para mantener todas nuestras facultades bien alerta y así evitar peligros innecesarios, por ejemplo en el caso del colecho, caer en un sueño demasiado profundo y que haya riesgo de aplastamiento.

Pero el motivo de éste post, no era otro que el deciros, queridas mamis, que si en éstas fechas, durante alguna de las cenas, os apetece dar un traguito al champán o incluso tomaros una copita de vino no os sintáis preocupadas porque vuestro pequeño está a salvo, así que disfrutad sin quebraderos de cabeza.

Os dejo como referencia el post que me abrió las puertas del cielo cuando lo encontré, que no es que yo me vaya de cañas cada día, pero ocasionalemente una cervecita de 0'5% si me gusta tomarme con la cena :)

Desde aquí la familia rockera os desea una muy Feliz Navidad.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Copa menstual.

Poco antes de cumplir los tres meses de haber parido mi amiga la roja volvió, mi madre dice que es por no dar el pecho en todas las tomas, la ginecóloga que cada persona lleva su ritmo y cada cuerpo es diferente, la cuestión es que la menstruación vuelve a formar parte de mi vida, que poco la había echado de menos.

Para los que aún no lo sepáis, una de las tías de paparockero montó un sex-shop hace un par de años, y la verdad es que es un poco de todos, en su momento todos colaboramos para ayudar y como os podéis imaginar siempre que necesitamos algo en ese aspecto acudimos a la tía que es la que mejor nos conoce y asesora.

Bastante antes de quedarme embarazada me habló de la copa menstrual, a decir verdad yo era un poco excéptica, no lo veía algo para mi, pero me convenció y la probé. He de decir que desde entonces rara vez he usado otra cosa, si es verdad que mi periodo era de todo menos regular (ya veremos ahora), así que siempre llevaba algún tampón o alguna compresa encima, para evitar sorpresas y salvar alguna que otra emergencia.

Antes de decidirme me estuvo informando sobre sus tallas y medidas. Si mis señoras, "eso" tiene tallas y diferentes tamaños, la talla varia según el tamaño de tu vagina, ¿y yo cómo carajo sé lo que mide mi vagina?, eso mismo dije yo, pues bien, es fácil de saber, tan simple cómo saber que grosor de tampón utilizas normalmente, igual que siempre escoges un tamaño de tampón porque no te molesta, pero tampoco se te cae, eliges el de la copa. La dependienta, si es un poco profesional y no pilláis con esa típica persona que pasa de todo, que haberlas ailas y todos hemos topado con una alguna vez, en cuyo caso os recomiendo salir pitando y buscar otra tienda, debería saber que talla necesitaréis dependiendo de ese pequeño detalle, en cuanto a la medida, o al tamaño, eso varía dependiendo de tu cantidad de regla, y no hablo de los primeros días que suele sar más ligera, o de los últimos que solemos manchar, no, hablo de cuando estamos en nuestro mayor apogeo, de los días en los que sabes que como no te cambies cada X tiempo vas a tener un accidente.

La medida, o el tamaño es mejor que lo decidas tú, yo aconsejaría coger uno un poco más grande de lo que creas que te va a ir bien, aunque salirse no se va a salir, eso te lo aseguro.

Una vez nos hemos decidido, nos han explicado como se pone, como se quita y todo eso llega la hora de la verdad. Llegas a casa toda decidida, la desinfectas, vas al baño, te dispones a ponértela y... NO ES TAN FÁCIL COMO TE LO HABÍAN PINTADO!! y es verdad, cogerle el tranquillo lleva un par de intentos, la primera vez que yo lo probé me metí en la ducha y eso acabó pareciendo la matanza de Texas, pero al final no deja de ser cuestión de práctica.

A mi me enseñaron a ponerla de una manera determinada, pero probando descubrí que para mi, la mejor forma para introducirla es así.




Si la sujeto como en la foto a mi me resulta más sencillo colocarla correctamente y una vez dentro se abre más fácilmente.

A la hora de sacarla hay veces que se mueve un poco y hay que buscar el rabito porque no está centrado, ahí os recomiendo que, si podéis compréis una con aro, en vez de con rabito, cuando yo la compré aún no había de esas, pero ahora se encuentran con bastante facilidad, y la verdad, os ahorraréis algún que otro pellizco o que se os escurra y vuelva a subirse cuando ya casi la teníais fuera. Una vez dentro la copa hace vació para que no haya escapes, lo que también significa que va a costar un poco sacarla, una opción es meter el dedo para quitar el vacío, otra es tirar hasta que al llegar fuera el aire consigue entrar, ahí ya preferencia personal, pero en ambos casos vais a tener que sujetarla.

Una vez fuera simplemente hay que vaciarla, darle un agua y volversela a poner, cuando acabe tu periodo se desinfecta y se guarda en esa monísima bolsita que suele venir en la caja y lista para la próxima vez.

Pros:

  • Ahorro, el mayor pro que os puedo decir es el notable ahorro, las copas menstruales tienen un rango de precio de entre 20 y 35 euros.
  • Si encuentras tu talla y tu tamaño es cómoda, antialérgica y no contiene químicos, suelen estar fabricadas de silicona mayoritariamente, aunque supongo que aún podremos encontrar alguna de látex.
  • En caso de que tardemos un poco más de lo habitual en vaciarla no vamos a manchar nada, puesto que aunque la copa esté llena el vacío impide que la sangre baje, lo único que pasará es que se acumulará algo más y será un poco más engorroso a la hora de sacarla.

Contras:

  • No es para todos los públicos, quiero decir, si os da mucho asquito mancharos las manos de sangre ni lo intentéis, os vais a manchar, o bien al ponerla, o bien al quitarla (sobre todo al principio hasta que pilléis el truco) pero sobretodo os vais a pringar al lavarla.
  • Si por lo general os vais a cambiar en un baño público y no hay lavamanos al alcance de la mano desde el retrete tampoco os lo recomiendo, si está en el propio aseo ni tan mal, aunque tendréis que alcanzarlo con las bragas por los tobillos, pero si está separado, es decir, si el retrete está cerrado y el lavamanos es comunitario olvidaros por completo, nadie quiere que le vean lavando algo que ha tenido dentro y menos si está lleno de sangre, y nadie quiere verlo tampoco.

Con ésto no quiero que penséis que quiero que compréis una copa o que no, símplemente quería daros mi visión desde mi experiencia ya que útlimamente ha sido un tema que ha dado mucho de que hablar. Hay gente que las ha probado y está encantada, y por supuesto también hay gente que las odia a muerte, yo creo que es una de esas cosas en ésta vida que hay que probar, que nos va bien, de maravilla, que no, tampoco ha sido un gran gasto.

¿Habéis probado algúna vez las copas menstruales? ¿Qué tal os ha resultado la experiencia?

miércoles, 7 de diciembre de 2016

El accidente.

Martes, 22 de Noviembre, Elefantito cumple 5 meses y paparockero y yo hacemos dos años casados.

Es un bonito día, nos hemos levantado todos de buen humor, después de comer tenemos planeado hacer Skype con la abuela que es su cumpleaños y nos espera un día relativamente relajado.

Pasamos una mañana jugando tranquilamente, bueno, todo lo tranquilamente que se puede jugar con un pequeño que quiere empezar a gatear, llega el cartero con un par de paquetes para paparockero y llega la hora de la siesta. Ya sabéis que nosotros colechamos, así que está acostumbrado a acostarse en nuestra cama.

El peque se duerme enseguida protegido por una barrera de almohadas, y yo me meto en la cocina. Preparo la comida sin mayor problema y cuando queda un minuto para apagar el fuego empiezo a escuchar un leve quejido, señal de que ya se está despertando.

Mientras retiro la comida del fuego escucho un chillido que me pone los pelos de punta. Etel nunca grita (o gritaba) con dos meses lo hizo una vez dormido, pero ni se despertó. Me dirigí al dormitorio y me encontré que mi bebé estaba en el suelo. Os podéis imaginar el tremendo susto que me pegué.

En media milésima de segundo le tenía entre mis brazos y estaba examinándole la cabecita para ver si tenía sangre o algo alarmante. Cuando conseguí calmarle y yo conseguí tranquilizarme por fin ya le miré más detenidamente, avisé a paparockero de que si veía que el niño se comportaba raro o no estaba tan activo como suele ser me le llevaría al médico, avisé también a mi madre, por si no podíamos hacer Skype al final.

Ventajas de que mi madre trabaje en el hospital es que en un momento me dijo que aparte de un comportamiento extraño estuviera atenta a los vómitos o a si aprecía fiebre.

Después de un rato de mimitos ya quería que le dejara en paz y bajarse al suelo a jugar.

A lo largo del día estuve vigilando su cabezita a ver si le salía chichón y revisé su cuerpito un par de veces en busca de moratones, pero nada oye. Ni rastro de marcas.

Paparockero tiene la teoría de que, como aún no gatea, pero ya se desplaza como los cangrejitos fue agarrándose a la sabana hasta que llegó al suelo, por lo cuál no fue una gran caída. Dicha teoría explica también el por qué yo no oí ningún gople.

Aunque finalmente no pasó nada, y después de ese día ha habido unos cuantos cocotones más, producidos por los intentos de gateo, no sabéis lo mala madre que me sentí, sobre todo ese día, el día siguiente ya no tenía tanto sentimiento de culpa, pero la angustia que tuve durante las primeras 24 horas no se la deseo a nadie.

La parte positiva, que la hay, hemos conseguido que nuestro elefantito se eche las siestas en su cuna, aunque por la noche sigue acabando en la cama con nosotros.

Desde aquí quiero decir a todas las mamis primerizas que habrá momentos en los que lo haremos mejor, otras en las que no tanto, que todos tenemos descuidos y días de más estrés, pero no olvidemos que nuestros bebés están diseñados para sobrevivir a sus padres. Ánimo.


miércoles, 30 de noviembre de 2016

Por qué no quiero comprarle un andador a mi hijo.

Ahora que babyEtel ha cumlido los 5 meses todo el mundo nos pregunta por qué no queremos comprarle un andador.

Os diré la verdad, cuando fuimos a España todo el mundo nos preguntaba que queríamos que nos regalaran, y la verdad, yo no soy de pedir cosas, según yo no tengo por qué pedirte algo en concreto si no sé, primero si entra dentro de tu presupuesto, y segundo si tu tenías una idea totalmente opuesta sobre lo que querías regalarnos, así que una tía de paparockero nos propuso hacer una lista en bebitus y nos pareció una idea excelente. La habitación del niño en Berlín realmente estaba vacía, tenía un armario, una cómoda, un par de peluches que eran nuestros y algo de ropa, esas eran todas las cosas del pequeño.

En la lista había un poco de todo, unos walkies con cámara, una cuna de viaje, porque habíamos decidido ir cada verano con el coche y no todos los hoteles tienen, un saltador para la puerta, una trona, un andador...

La cuestión es que nos íban a mandar lo que ubieran elegido diréctamente a Berlín en un pedido conjunto para ahorrarse los gastos de envío y los amigos de paparockero decidieron regalarnos el andador, un andador precioso por cierto, con forma de avioneta, la gran pasión de paparockero es aprender a pilotar algún día así que venía que ni al pelo.

A las dos semanas o así de estar de vuelta en casa me entró la curiosidad y me puse a buscar información sobre el andador, cuándo podría empezar a usarle sin peligro para su columna y todo eso, indagando en varias páginas llegamos a la conclusión de pedir que nos cambiaran el regalo. ¿Por qué? Había webs en las que decían que era un buen entretenimiento para los bebés y que les ayudaba a fortalecer las piernitas, pero en otras decían cosas no tan positivas sobre ellos. Uniendo los puntos, las opiniones y utilizando la lógica decidimos que era mejor renunciar al andador y llegado su momento igual plantearse comprar un centro de actividades.

Llegamos a ésta conclusión por tres sencillos motivos:
  • Para aprender a andar hay que caerse, así de sencillo, hay que tener consciencia de que no vas a ir por la vida sujeto por cuerdas y que debes aprender a mantener el equilibrio por ti mismo.
  • Si no tenemos una consciencia del suelo no sabemos si hay algo delante de nuestros pies que nos pueda hacer tropezar y que debamos aprender a esquivar.
  • Debemos poder ver nuestros pies para aprender a moverlos con soltura, tenemos que saber que después de un pie va otro y ver como hemos de colocarlo correctamente para aguantar mejor el equilibio y conseguir que en el siguiente paso no nos vallamos directos al suelo.

A parte, bajo la opinión de varios expertos el uso de un andador cuando un bebé aún no es capaz de andar por si solo es contraproducente, para ellos es una manera fácil de desplazarse, por lo que se acomodan a que con el mínimo esfuerzo van a recorrer la distancia que se proponen, por lo que cuando conlleve más trabajo no van a querer recorerla, y si a eso le sumamos el miedo a caerse no es una buena mezcla.

Definitivamente, no quiero comprarle un andador a mi hijo porque quiero que empiece a andar cuando él se sienta preparado, quiero que aprenda que nos caemos para aprender a levantarnos y que los grandes progresos de la vida se hacen con esfuerzo. El día de mañana es probable que le compre un centro de actividades, que básicamente es la misma idea que el andador, pero sin ruedas, el niño estará de pie, agarrado por arneses, podrá fortalecer las piernas sin cansarse demasiado y entrenará el equilibrio del tronco mientras se divierte con los juguetes, pero no le compraré un andador porque no quiero que una de las primeras cosas que aprenda es a ir por el camino fácil.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Mi bebé tiene un soplo.

Mi bebé nació con un soplo. Dicho así asusta, y mucho.

En la primera revisión que le hicieron a las 3 ó 4 horas de nacido la pediatra escuchó algo inusual, en la revisión antes de darnos el alta, el sonido había desaparecido, la noche que se deshidrató el sonido estaba de nuevo, pero no siempre se escuchaba.

Nos dijeron que tenía un soplo, así de primeras nos dio mucho miedo, no sabíamos que era exactamente lo que eso significaba y la doctora de urgencias nos dijo que debíamos buscar un pediatra cuanto antes para controlarlo. Al día siguiente el sonido había desaparecido otra vez.

Cuando encontramos un pediatra nos estuvo informando bien de lo que pasaba.

Etel tenía un pequeño soplo en el corazón, podría ser, simplemente, que el corazón no ha terminado de formarse dentro del útero materno, depende del sonido que emita dicho soplo puede o no ser preocupante, en nuestro caso nos dijeron que no sonaba a enfermedad crónica, pero que deberíamos asegurarnos, así que tuvimos un día de pruebas en el que le hicieron una eco, un electocardiograma y una prueba, de la que desconozco el nombre, en la que compararon el pulso en muñecas y tobillos para comprobar que fuera similar y no había problemas en la distribución del riego sanguíneo.

Tras realizar todas las pruebas y acabar agotando al pobre niño nos comentó la posibilidad de que simplemente fuera eso, que el corazón no había madurado lo suficiente y había un pequeño espacio intravalvular sin cerrar, que deberíamos controlarlo a los tres meses y depende de si se hubiera cerrado o no habría que tratarlo, operar o algo.

De vuelta, tras el mes en España, volvimos a repetir todas las pruebas, y tal y como la doctora había previsto el soplo ha desaparecido. En un año tendremos que volver a repetirlas todas para asegurarnos, pero no hay de que preocuparse.

A raíz de ésto me estuve informando un poco sobre el tema y es algo más común de lo que pensamos y de lo que apenas he encontrado información. La mayoría de los bebés que nacen ésta pequeña malformación y se trata de una enfermedad no crónica, puesto que a la larga, durante el periodo de crecimiento se soluciona sin necesidad de tratamiento, pero si con controles bastante exahustivos para cerciorarse de que no hay ninguna complicación.

Así que mamis, si cuando vuestro pequeño nace os dicen que se le oye un ruido en el corazón, no os preocupéis más de lo necesario, lo normal es que durante los tres primeros meses de vida ese pequeño agujerito termine de cerrar.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Odio a mi suegra.

He de empezar este post diciendo que yo quiero y respeto a mi suegra desde el momento en el que la conocí por el simple echo de ser la madre del hombre de mi vida.
Partiendo de esa base todo el mundo tenemos nuestros más y nuestros menos con nuestras suegras, y con las suegras de nuestras parejas, a veces también...

Hace unos días estaba hablando con unas amigas de nuestra reciente maternidad surgieron anécdotas de suegras y madres, y concretamente, hablando con una de ellas de la reciente maternidad de su hermana, relataba anécdotas muy graciosas, que me hicieron pensar, que por mucho que queramos a nuestras suegras y a nuestras madres, todos los padres primerizos acabamos odiándolas un poco a ambas.

Desde el momento en el que nos quedamos embarazadas todo el mundo, mayoritariamente la parte femenina de la familia, nos da consejos y trucos para sobrellevar el embarazo basándose en su experiencia. Dicho sea de paso que hay como siempre una explicación del porqué que suele ser bastante divertida. Sin ir más lejos, a paparockero en navidad le aconsejaron que no usara su perfume favorito durante el embarazo, porque su tía le cambiaba a su marido cada semana el frasco porque los olores le acababan provocando náuseas.

En esa etapa, bueno, todo el mundo sabe que cada embarazo es diferente y que a cada embarazada le funcionan unas cosas u otras así que si no haces caso a todos los consejos tampoco pasa nada, pero ¿y cuándo llega el bebé? Uy, prepárate porque ahí si que no tienes escapatoria.

Si no tienes todo el día metida en casa a tu madre tendrás a tu suegra, una te dirá que le cojas más en brazos que necesita sentir el cariño, la otra que se va a acostumbrar y luego ya verás. Una te dirá que lo tapes y la otra que si no tiene calor.

Mi suegra estaba obsesionado con taparle, 35 grados a la sombra (si, Berlín en verano parece Sevilla) y diciendo a cada minuto que si sacandole a la calle solo con un body no se iba a constipar..., todo sea dicho el niño iba sudando.

La suegra de la hermana de mi amiga, por ejemplo, vive en un cortijo andaluz, la familia de su marido es típica de campo, y en su casa no hay microondas, por lo visto la muchacha es muy moderna y cuentan que andaba desesperada porque no podía calentar los biberones, a lo que su suegra decía que ella había críado a sus hijos en esa casa y bien hermosos que estaban. Hay que decir que si, los inventos modernos son muy cómodos, pero tampoco hay que hacer un mundo por tener que hacer las cosas a la vieja ausanza.

Otra pareja compuesta de un español y una alemana fueron al pueblo del marido cuando nació el pequeño. Su mujer volvió diciendo que jamás volvería a España, que no podía imaginarse como una persona puede meterse tanto y sin ningún tipo de pudor o discreción en la manera de criar a un hijo. Diferencias culturales supongo.

Mi madre, que también tiene lo suyo a veces, según llegamos a su casa, bajó a recibirnos, nos dio un beso, cogió al niño y nos dijo "ala, subid vosotros las maletas que venís muy cargados".
Y si, ella también estaba obsesionada con algo. Ella no tapaba al niño como mi suegra, no, ella estaba obsesionada con que el niño lloraba. Dejábamos al niño durmiendo en cualquier dormitorio, podía ser el más cercano o el más lejano a la habitación donde estábamos que cada ruido era que el niño lloraba y tenía la excusa perfecta para ir a verlo, y ya que estaba allí darle un besito, motivo por el cual alguna que otra vez el niño se despertaba sobresaltado con el consiguiente berrinche.

Como veis ni madres, ni suegras, ni propias, ni ajenas se libran de tener detalles, que en principio, la mayoría no suponen ningún mal, pero que contando con la irritabilidad del puerperio y el desajuste hormonal a veces nos sacan de nuestras casillas.

Y como éstas podría estar todo el día contanto anécdotas tanto mías como de conocidos pero voy a concluír pidiendo que me contéis ese momento en el que vuestra madre o vuestra suegra os ha sacado de quicio, o esa anécdota que en su momento no os hizo ni pizca de gracia, pero que ahora os hace reír.

Para finalizar sólo diré, que al igual que madre, suegra no hay más que una, que a veces hay que aguantarlas, pero que como no, también hay que quererlas, no nos olvidemos que ellas también aprendieron a ser madres y que ahora tienen que aprender a ser abuelas.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

Colechamos?

El tema del colecho últimamente está muy de moda, y como no, todo el mundo tiene una opinión al respecto y ante la llegada de un bebé siempre está la pregunta que te haces tú mismo y que te hacen los demás. ¿Vas a colechar?

Para nosotros en un principio era una opción ideal, la cuna la iban a traer mis suegros y no sabíamos si la tendríamos aquí antes de la llegada del elefantito, tenemos una cama de metro ochenta así que por espacio no era y viendo las experiencias de blogeras e instamamis a las que sigo parecía cómodo, fácil y práctico, pero luego nos pusimos a pensar.

Paparockero tiene y emana un calor infernal sea la época del año que sea, ya puede estar nevando fuera que éste hombre en la cama siempre tiene calor, y yo que me muevo más que un gusano, no éramos buena combinación para tener a un bebé en medio.

La primera noche durmió en el capazo, después de volver del hospital mi pobre estaba rendido, y aunque mis suegros ya habían llegado eran las 5 de la mañana y como os podéis imaginar la cuna no estaba montada. El segundo día colocamos la cuna, aunque no en mi lado de la cama, pues la cuna que nos habían prestado, y la que actualmente tenemos es de las antiguas, de madera, con patas de mecedora, por lo que tuvimos que ponerla a los pies de la cama.

Al principio, las primeras tres semanas, como estaban mis suegros en casa, el niño dormía en el capazo, teníamos el carro en el salón y así resultaba más cómodo para todos, le podíamos vigilar y el niño estaba cómodo. Pero cuando llegaba la noche y había que pasarle a la cuna no había lugar a la equivocación, en el momento en el que su cuerpito tocaba el colchón a llorar, le dejabas en nuestra cama y sin problema. Al principio pensamos que podía ser que el colchón no le gustara porque fuera demasiado duro o algo, pero al cumplir el mes llegamos a España, otra cuna, otro colchón, mismo problema.



Tanto en nuestra cama, como en la de mis padres se quedaba dormido sin ningún problema, pero no había manera de que lo hiciera donde debía, aunque habíamos progresado, una vez dormido no había problema para cambiarle de un sitio a otro.

Volvimos a Berlín y seguíamos pegándonos cada noche, cada siesta y seguía sin haber manera, hasta que descubrimos por qué. El pequeño ha salido a su madre y se mueve una barbaridad por la noche y la cuna no le gusta ¡porque pega con los barrotes! Al estirarse da con las manos en las chichoneras y no le gusta notarse aprisionado, por lo que se ve. Para pasar un ratito viendo el móvil o jugando pase, pero para dormir no le gusta la cuna.

Así que hemos acabado colechando, en contra de las ordenes de la pediatra del hospital, porque no fueron sugerencias, fueron órdenes, y bastante concisas todo sea dicho. El niño en su cuna, en nuestra habitación, pero en su cuna, sin juguetes, ni mascotas, ni mantas, ni absolutamente nada, él, en la cuna, con el saco de dormir, punto. Pero ya sabemos que cada uno con sus cadaunadas, como digo yo.

En definitiva, nosotros colechamos a medias. Durante el día las siestas se hacen en la cama de mamá con las almohadas de protección en los bordes para no caerse, y por la noche paparockero le duerme en la cama, cuando nosotros nos vamos a acostar le pasamos a la cuna, pero después de la primera guardia, sobre las 4 de la mañana, acaba quedándose con nosotros.

Según mi experiencia solo os puedo recomendar que sigáis vuestro instinto y las preferencias de vuestro pequeño. Por mucho que os digan que le podéis aplastar o que hay riesgo de un golpe de calor; yo tengo comprobado que cuando el niño duerme entre nosotros me muevo menos durmiendo, y que a la mínima que tengo calor compruebo su temperatura. Al principio parapetábamos el centro de la cama con el cojin de lactancia para no correr riesgos, después nos dimos cuenta de que era más incordio que otra cosa, el niño se sentía igual de enjaulado que en la cuna y nos quitaba un valioso espacio a los tres.

A fin de cuentas puedo decir que sí, nosotros colechamos, y aunque a veces es incordioso y que se echa de menos dormir abrazada a paparockero, es una maravilla el abrir el ojo y ver que padre e hijo son iguales, duermen en las mismas posturas e incluso hacen las mismas muecas.


¿Que opinión tenéis vosotros sobre el colecho? ¿Lo practicáis? ¿Cómo os va?

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Mi experiencia con la lactancia mixta.

He de decir antes que nada que yo no elegí la lactancia mixta, más bien ella me eligió a mi.
A priori esto puede resultar un tanto extraño, pero es totalmente cierto y en cuánto os explique como transcurrió el día que nos dieron del alta en el hospital me entenderéis.

Llegó el viernes 24 de junio y estábamos muy emocionados, si la revisión de los 2 días iba bien podríamos irnos a casa, tenía muchas ganas de ver la reacción de las gatunas ante el nuevo miembro de la familia.

Eran más de las 11 y yo estaba ya cansada de todo, de estar en el hospital, del calor infernal que hacía ahí dentro, de dormir sola, de no poder hacer nada durante todo el día, de esperar a que vinieran a avisarnos para ir a ver al pediatra... Parecía que paparockero no iba a llegar nunca porque se había encontrado un atasco de camino y llevaba ya casi dos horas parado, total que para distraerme un poco de la eterna espera, pues la hora de las visitas médicas va de 9 hasta las 15, me puse a recoger mis cosas preparando ya nuestra vuelta a casa, total, fue empezar a recoger y venir la enfermera para pedirnos que fuéramos a la sala de pediatría para hacer la revisión, según nos disponíamos a salir por la puerta paparockero apareció y nos fuimos los tres juntos.

Como es nomal pesaron y midieron a babyE, le dieron la última dosis de vitamina K y le hicieron la prueba del talón. Después pasamos a un rinconcito en el que tuvimos una breve charla con la doctora en la que nos dijo entre otras cosas que el niño debía dormir en nuestra habitación, pero en su cuna, sólo él y el saco de dormir, ni peluches, ni mascotas, ni absolutamente nada que pueda conllevar que el pequeño se ahogue. Acto seguido nos dijo que debíamos controlar su peso minuciósamente, que todos los bebés adelgazan al nacer, pero que nuestro pequeño estaba al límite, nació con 3 kilos 500 y nos le llevábamos con 3´160, que si perdía 16 gramos más deberíamos ingresarlo por deshidratación. Y nos recomendó comprar fórmula por si durante el fin de semana a mi aún no me salía la leche.

Total, más contentos que nadie, aunque un poco preocupados por el tema nos fuimos a casa, pasando antes a comprar la fórmula que nos había recomendado la pediatra, comimos en casa los tres como una familia y nos fuimos a comprar unas cosillas puesto que mis suegros estaban de camino y llegaban esa misma tarde.

A las 5 de la tarde el elefantito empezó a estar adormilado.

A las 6 estaba apagado, desde las 3 no había comido pero tampoco quería ni teta ni bibe, le dejamos dormir, a todo ésto mis suegros en un atasco a unos 400 kilómetros de Berlín.

Sobre las 7 y media mis suegros seguían en el atasco y nosotros volvíamos a casa después de hacer todas las compras, al niño le dio un berrinche en el coche.

Alrededor de las 8, cuando llegamos a casa me le subí corriendo para darle el pecho porque el berrinche tenía que ser de hambre, pero no había manera, a las 23.37 pusimos rumbo a urgencias. No había manera de que el niño reaccionara, estaba como muerto, tenía los ojos abiertos, pero podías hacer con él lo que quisieras, excepto conseguir que comiera, le pellizcamos las piernas, le apretamos los pies, le mojamos la cara, no había manera, ya ni se quejaba así que no nos quedó otra.

Llegamos a urgencias, le hicieron un chequeo y todo era normal, el pulso, la temperatura..., lo único, que estaba areactivo. Consiguieron que comiera unos 10 mililitros de bibe, pero eso fue todo, le pusieron una vía y le sacaron sangre, ni se inmutó. A mi se me caían los lagrimones, ya era la cuarta noche en el hospital y yo sólo quería llevarme a mi bebé a casa.

Mis suegros llegaron a nuestra casa mientras estábamos en el hospital así que mientras esperábamos los resultados paparockero se fue a abrirles para que pudieran dormir y a mi me dieron el resto del bibe para que intentara dárselo de vez en cuando.


Al cabo de hora y algo salió la doctora a decir que faltaban algunos resultados pero que de momento el sodio estaba alto, que eso era síntoma de deshidratación y que lo recomendable sería que se quedara ingresado para controlar que coma cada dos horas y llevar un registro de la cantidad que ingiere. Pedí que me dejara hablarlo con mi marido, que tenía que estar al llegar y me dijo que cuando estuvieran el resto de resultados volvería a salir.

Cuando la pediatra volvió a salir paparockero aún no había llegado, a mi se me había acabado la batería del móvil y no sabía que hora era, ni cuánto llevaba allí esperando, podía intuír que rondaban las 5 de la mañana porque ya empezaba a amanecer. En medio de la explicación de la doctora llegó paparockero y le expliqué que querían ingresar al niño. Nos dejaron un tiempo más en la sala de espera para decidir que queríamos hacer.

Yo le expliqué tal cual me habían informado, que querían ingresarle para asegurarse de que comía cada dos horas, que yo podría quedarme, pero que él no, y decidimos que no dejaríamos que nos le ingrasaran. Yo no iba a dormir por la angustia, paparockero iba a volver a casa, tampoco iba a domir de la preocupación y en tres horas iba a estar de vuelta en el hospital, así que no íbamos a arriesgarnos a que tuviera un accidente, si sólo había que "obligarle" a comer cada dos horas podíamos hacerlo en casa y volver al día siguiente a chequear que el nivel de sodio ya fuera el correcto.

Tras mucho pelearnos con la doctora, y hacernos prometer que si el niño no comía en 4 horas como mucho estaríamos de vuelta, y que si conseguíamos hacerlo comer lo estaríamos al mediodía nos dejó marchar.

Os podéis imaginar el día que pasamos, pero conseguimos que comiera, ese día me subió la leche, así que tuvimos que ir en busca de un sacaleches y cuando volvimos a urgencias mi bebé ya era otro, gritó y lloró cuando le pincharon para sacarle sangre, nunca me había alegrado tanto de oírle llorar, y creo que nunca volveré a alegrarme tanto de que arme semejante berrinche.

Al cabo de unos minutos los resultados estaban de vuelta, no sólo los niveles de sodio estaban bien, nuestro pequeño había engordado 120 gramos en cuestión de horas.

A partir de ese momento empecé a darle el pecho, pero después de insistir tanto en que comiera se lo tomó al pie de la letra y después de vaciarme ambos pechos, por lo general, suele seguir teniendo hueco para un poco de bibe, así que a día de hoy, tres meses después seguimos complementando la lactancia materna con fórmula artificial.

Cada día después del pecho hay tomas en las que necesita refuerzo, hay tomas que no me da tiempo a recargar y directamente tiene bibe y cuando llega paparockero de trabajar a eso de las 7 el pequeño es todo suyo así que esa toma es también de fórmula.

En conclusión, que creo que ya me he enrollado bastante, nosotros llevamos a cabo la lactancia mixta porque mi cuerpo no produce la leche suficiente y con la suficiente rapidez como mi pequeño elefantito demanda, y por otra parte, a mi me da un descanso y a paparockero le da un ratito de intimidad con el niño. A parte claro está, de la ventaja de que las guardias nocturnas nos las turnamos :P
Aunque hay que decir, que a veces pide teta aunque no salga nada solo para refugiarse en ella, en sus mimos y en mamá.


¿Vosotras que tipo de lactancia tenéis o habéis tenido con vuestros bebés? ¿Qué tal os ha ido la experiencia?

viernes, 29 de julio de 2016

Mi parto II

Nadie se plantea que su parto vaya a ser provocado, pero en mi caso tampoco había muchas más opciones, los latidos del niño estaban bajando, aún había tiempo antes de ir diréctamente a la cesárea, pero había que hacer algo para acelerar el proceso así que obviamente, sabiendo los pros y los contras de todo lo que iban a hacerme accedimos, lo primero era la salud de mi bebé.

Empezamos con una dosis de prostaglandinas, un gel vaginal utilizado para generar unas contracciones más fuertes y constantes, y vaya si lo consiguió. Esas dos horas que tuve que permanecer tumbada fueron las más largas de mi vida, sólo quería poder levantarme, me dolía hasta el alma con cada contracción y no me dejaban moverme. A partir del momento en el que me quitaron las correas y me dejaron levantarme ya no podía parar quieta, sentada eran horribles, tumbadas insoportables, nos tiramos casi tres horas dando paseos por los pasillos parando sólo, de vez en cuando, para picar algo en el comedor.

Pasadas las seis, cansados ya de dar paseos, optamos por la bañera, me llenaron una bañera, ya en el propio paritorio, con agua calentita y esencia de naranja para relajarme mientras seguían las contracciones y la verdad es que funcionó, el dolor era menos intenso, pero la postura la verdad un tanto incómoda, cuando decidí salir para nuestra sorpresa empezaron a venir las contracciones cada tres minutos, muy fuertes, muy dolorosas y apenas podía moverme o hablar. Paparockero echó a correr hacia el control de enfermeras y dijeron que ya era hora de quedarse en el paritorio, así que fue a recoger las cosas de la habitación y a mi me tumbaron en una cama convertible para ver qué tal iba el proceso.

Otra ronda de monitores que ya no acabó hasta el momento del expulsivo, otro tacto que venía con no demasiadas buenas noticias, puesto que si, las contracciones eran mucho más fuertes y constantes, pero había dilatado apenas cuatro centímetros, así que, otra vez tras informarnos sobre los pros y los contras y dar nuestro consentimiento me pusieron una vía con oxitocina.

A las 9, tras otro tacto en el que nos dijeron que sólo llevaba 7 centímetros dilatada y opté por pedir mi tan temida epidural, llevaba dos horas llorando a moco tendido por el miedo que tenía a la dichosa epidural. Todo el mundo decía que dolía mucho, sabiendo los efectos secundarios, sabiendo que no podría moverme después, y sobretodo con un miedo horrible porque sabía que mientras me la ponían debía estarme quieta y a mi con cada contracción me temblaba el cuerpo entero de una manera que no podía controlar. Aunque he de reconocer que al final no fue para tanto, si bien es cierto que optamos por la anestesia peridural y no la epidural en si. No son muchas las diferencias, pero la mayor de todas es que con la peridural sigues teniendo la funcionalidad de las piernas pues te duerme desde debajo del pecho hasta la ingle.

Como decía, la propia epidural no fue dolorosa, peronalmente lo más costoso fue arquear la espalda, puesto que la prominente barriga y el dolor acumulado en la zona inglinal no lo ponían fácil. He de reconocer que, para mi, fue la mejor decisión; al cabo de quince minutos no había ningún tipo de dolor, dejé de notar por completo las contracciones, pero en el monitor salían reflejadas, por lo que aprovecharon para subir la dosis de oxitocina y así intentar acortar la espera.

Fue la mejor hora desde que había empezado toda la locura, realmente pudimos descansar, tanto paparockero como yo tuvimos un momento de paz, que se vió interrumpido al poco de pasar las diez por un tropel de médicos, enfermeras y auxiliares que entraron a todo correr en la sala diciendo que los latidos del niño estaban bajando mucho, que había estrés fetal y que debían sacar sangre de la cabeza del elefantito para ver si tenía oxígeno suficiente, que era hora de salir, fuera como fuera, pero había que sacarlo ya, que no podía moverme, que cada vez que me movía las pulsaciones bajaban aún más.

Así que como podéis imaginaros con nuestra cara de susto y con mucha espectación sacaron sangre de la cabecita del niño tras mucho esfuerzo pues no paraban de decir que tenía mucho pelo y no podían pinchar bien. Una vez lo consiguieron una enfermera echó a correr, no habían pasado ni diez minutos y tan rápido como se había ido volvió a entrar entregándole un papel a la doctora que aún seguía entre mis piernas con toda la tropa detrás. La doctora miró el papel, miró a la enfermera, volvió a mirar el papel, la preguntó si estaba correcto y nosotros sólo queríamos saber que demonios ponía, sus caras no auguraban nada bueno y yo ya me estaba viendo en quirófano. La prueba había salido mal y tuvieron que repetir todo el proceso. La segunda vez que la enfermera regresó con los resultados dijeron que el pequeño oxigenaba bien, pero que tenía que salir ya.

Nos habíamos librado de la cesárea, pero si llego a saber lo que venía después casi la habría preferido. Nos quedamos sólo con una doctora y la matrona, era hora de empujar, el niño seguía muy arriba pero debíamos sacarlo cuanto antes.

Tras hora y media empujando en diferentes posiciones yo ya no podía más, llevaba más de 22 horas de parto sin apenas descansar, habían pasado más de 34 horas desde la última vez que había dormido. Estaba literalmente agotada y de repente todo el mundo abandonó la sala excepto la matrona que estaba haciendo otras cosas mientras yo seguía empujando con cada contracción bajo el apoyo incondicional de paparockero.

Al rato volvió la doctora con una enfermera que se subió a la cama tras de mi poniendome sus piernas como almohada. En la siguiente contracción me quería morir, mientras yo empujaba con las pocas fuerzas que me quedaban la matrona y la doctora me flexionaban las piernas y la enfermera presionaba mi barriga desde arriba con tal fuerza que pensé que me iba a partir en dos. En un momento dado pude ver a mi pobre marido en una esquina viendo la escena sujetando la botella de agua que yo le iba rogando a cada rato sin poder hacer nada más que animarme desde lejos porque el pobre ni cabía casi.

Después de otro rato así no había manera, seguía sin salir, el dolor era ya insoportable y no tenía fuerzas ni para respirar, la presión de la enfermera en el estómago era sofocante y realmente pensé que no iba a salir nunca, en esa siguiente contracción noté como la presión se aliviaba, me habían realizado una episiotomía, la cabeza ya estaba saliendo, al segundo la ví fuera y el cuerpecito salió casi disparado. El líquido amniótico salió verde, me pusieron al niño encima, la doctora llamó a la pediatra y me dijeron que no podían dejar el cordón latir, que debían revisar que el niño no hubiera tragado, ni aspirado el líquido sucio y no había tiempo de esperar que saliera la placenta. Así que al final el cordón umbilical se lo cedimos al mismo hospital para utilizarlo en investigación.

Se llevaron al niño apenas dos minutos y me lo volvieron a poner en el pecho, el niño estaba perfectamente sano.


En cuanto a mi; mientras tenía a Etel encima salió la placenta, me limpiaron y me cosieron, cuando le pregunté a la doctora me dijo que no había contado cuántos puntos me había dado, pero se estuvo en la tarea más de media hora así que debo tener puntos hasta en el carné de identidad. Tras dos horas con el pequeño en el que me le pusieron en el pecho para que empezara a mamar nos pasaron a la habitación, le hicieron una pequeña revisión al pequeño que básicamente consistió en tomarle la temperatura y examinar su cuerpecito en busca de alguna de esas pequeñas manchas o marcas que pueden salirles al nacer.

Después paparockero, por petición de las enfermeras se fue a casa a descansar, que él también se lo había ganado. Y es que aquí, aunque al principio pueda parecer chocante, a los padres o acompañantes no les está permitido quedarse durante la noche, (a no ser que pagues una habitación familiar) y es que al ser habitaciones compartidas se considera que puede ser incómodo para el otro ocupante la falta de privacidad. Si bien es cierto que al principio no me gustó la idea la verdad es que es muy lógica y viene realmente bien, el acompañante duerme en su cama y no en una silla, puede darse una ducha tranquilamente, cenar algo decente y estar a primera hora en el hospital fresco y descansado. En nuestro caso en cuanto paparockero entraba por la puerta servidora aprovechaba a echarse una siesta sabiendo que el niño estaba vigilado.


En el siguente post os contaré un poco sobre la estancia en el hospital y el sustillo que tuvimos el día que nos dieron el alta.



sábado, 23 de julio de 2016

Mi parto I

Como ya os comenté por Instagram hemos estado éste último mes y pico sin internet así que no he podido postear nada en el blog y apenas he aparecido por las redes sociales, así que creo que lo primero que debo hacer, antes de comenzar a contaros como fue mi parto, es pediros disculpas a todos y comunicaros que va a haber cambios en el blog. En vez de publicar dos post a la semana, de momento habrá solo uno, pero ayer llegamos a España para quedarnos durante una temporada a que la familia conozca a Etel y a la vuelta si el pequeño me lo permite intentaré retomar el blog y al menos publicar una vez a la semana, pero de momento os pido mil disculpas si no puedo daros contenido que leer periódicamente.

Tal y como habréis visto en el título voy a dividir esta entrada en dos post puesto que me gustaría ser detallista e, intentando no enrollarme demasiado, contar con detalle como fue, o al menos todo lo que recuerdo, porque ya casi ha pasado un mes y algo se me olvidará seguro.

Una vez dicho ésto no me enrollo más y entro de lleno a contaros lo que fue

MI PARTO

Como ya os adelanté por las redes sociales, mi parto no fue lo que se suele llamar "una horita corta", no fue sencillo y por supuesto no fue para nada lo que me esperaba así que si quieres estás a tiempo de dejar de leer.

La noche del 20 de junio paparockero y yo estábamos viendo una película y yo notaba al elefantito muy inquieto en la barriga, más de lo normal. Esa noche había luna llena y ya me habían advertido que se podía adelantar por eso, pero era un poco escéptica al respecto, para qué nos vamos a engañar. Nos fuimos a la cama sin darle mayor importancia, si quería llegar que llegara, pero supusimos que se estaría girando ya que llevaba un tiempecito colocado boca abajo, pero o bien mirando hacia delante o hacia atrás y no de lado como debía estar.

A la una de la mañana yo ya estaba algo cansada del ya tan familiar insomnio y paparockero algo harto de mis vueltas así que hablamos un poco y a la una y media le dije que me iba a levantar. Mientras le daba un beso noté un pequeño escape de "pis", como los normales que solemos tener las embarazadas, pero al levantarme de la cama ese escape se convirtió en una fuente, y yo, no tuve otra reacción, que echarme a reír ante la mirada de "ésta está loca" de paparockero.

En el instante en el que le dije que estaba rompiendo aguas su expresión cambió por completo, saltó de la cama preguntando que había que hacer y mientras le mandé a por un café me fui a dar una ducha antes de ponerme a meter las cuatro cosas que faltaban a la maleta.

Yo pensaba que éso de romper aguas era un poquito y listo, pero no, salí de la ducha y mientras me secaba volvió a empezar, total que me teníais que ver con la parte de arriba del pijama, una toalla bajo los pies y andando cual pinguino por casa para ultimar las cosas antes de irnos. Total que cuando estuvo todo listo me volví a meter a la ducha, me puse un empapador y salimos para el hospital.

A las cuatro menos cuarto de la mañana del día 21 llegamos a la planta de paritorios (aquí en Berlín, no sé en el resto de Alemania, no se entra por urgencias), una vez allí me dejaron tres cuartos de hora en monitores para ver que todo estaba bien por ahí dentro y seguido me hiciero una prueba a ver si realmente era líquido amniótico o no, mientras venía la doctora de guardia a hacerme una ecografía. Efectivamente había roto aguas y estaba oficialmente de parto. Cuando llegó la ginecóloga nos confirmó que el niño se había girado, que estaba en la posición idónea para nacer y que de momento sólo quedaba esperar, que el cuello del útero estaba aún muy largo y sólo tenía un centímetro de dilatación.

Una de las diferencias entre España y Alemania, al menos en el tema del parto es que aquí, en casos como el mío, te proporcionan una habitación doble, para tí y tu acompañante, con una cama de matrimonio para poder pasar el tiempo cómodamente hasta que realmente llegue la hora del parto. Así que una vez en ella nos metimos a la cama a intentar dormir un poco antes de que llegaran las contracciones.

Sobre las seis de la mañana me desperté con una molestia como de regla, habían llegado las contracciones, después de todo el embarazo sin ellas me resultó curioso que no fueran demasiado fuertes tras casi cinco horas de parto. Después de unos cuántos paseos, otros monitores y de un tacto nos dijeron que ya se había borrado por completo el cuello del útero y ya había dos centímetros de dilatación, que se preveía un parto largo y debía procurar dormir algo.



A las nueve y media, y viendo que no podía dormir, decidimos pedir algún calmante suave y conseguimos dormir hasta la una que llamaron a la puerta, era hora de otro tacto y tras él otra vez las correas. Durante el ratito de los monitores vino otra doctora a decirnos que tras doce horas de parto el proceso se había parado, el cuello del útero se había alargado medio centímetro pero que sólo había dilatado hasta llegar a los dos centímetros y medio y que era el momento de informarnos sobre el proceso que íban a seguir para inducir el parto y en caso de que tampoco resultara los riesgos de una cesárea.

Nadie se plantea que su parto vaya a ser provocado, pero en mi caso tampoco había muchas más opciones, los latidos del niño estaban bajando, aún había tiempo antes de ir diréctamente a la cesárea, pero había que hacer algo para acelerar el proceso así que obviamente, sabiendo los pros y los contras de todo lo que iban a hacerme accedimos, lo primero era la salud de mi bebé...




viernes, 10 de junio de 2016

Tag del embarazo.

Hoy os traigo el Tag del embarazo, que lo vi el otro día y me hizo mucha gracia, espero que a vosotros también os guste.



1.- ¿Cuándo es tu fecha probable de parto? El 30 de junio.

2.- ¿Qué vas a tener? Es un niño.

3.- ¿Cuál será el nombre de tu bebé? Se va a llamar Etel

4.- ¿De cuántas semanas estás? Estoy de 37+1

5.- ¿Cuál es tu parte favorita del embarazo? Todo lo que es sentirlo y ver como paparockero se emociona cuando le habla a la barriguita y empiezan a salir bultos de ella. Es lo mejor.

6.- ¿Cuál es la parte que menos te gusta del embarazo? La hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies, lo llevo fatal, me hacen daño hasta los calcetines y no hay manera de que baje :(

7.- ¿Cuál fue tu momento más incómodo en el embarazo? Yo creo que las primeras visitas al ginecólogo, sólo había ido un par de veces en España y no me sentía muy cómoda. Aún me da algo de cosita que me estén toqueteando por ahí abajo, pero me cuesta menos.

8.- ¿Cómo se siente tu pareja respecto a tu embarazo? Paparockero está deseando conocer ya al elefantito, no se ha perdido ni una consulta, ni una prueba, ni nada (a excepción de una vez que me llamaron para que fuera a por una receta y aprovechando que estaba allí me hicieron una eco para ver si se había puesto cabeza abajo o no)

9.- ¿Qué es lo que más te gusta comer desde que estás embarazada? No me ha dado por comer nada en especial, pero me paso el día bebiendo leche, por la acidez más que nada.

10.- ¿Cuánto peso has ganado en lo que llevas de embarazo? Sólo he ganado 6 kilos.

11.- ¿Cómo te diste cuente de que estabas embarazada? Porque me dio arcadas cuando olí el humo de un cigarro siendo yo fumadora, y porque paparockero llevaba diciéndolo una semana así que al llegar a casa me hice el test para que se callara y resultó que tenía razón.

12.- ¿Cuántos hijos te gustaría tener? Nos gustaría tener 3, aunque si por mi fuera montaba un equipo de fútbol.

13.- ¿Te imaginabas que serías mamá alguna vez? Si, siempre he querido ser madre joven.

14.- ¿Qué cosas te faltan por comprar a tu bebé? Imprescindible nada, pero seguro que compro más cosas, la cuna me la traen mis suegros y el resto lo tengo ya montado en su habitación, me falta decorarla, eso si, que sólo tengo el armario, la cómoda y el carro, está muy sosa.

15.- ¿Tienes miedo al parto? Miedo no, tengo respeto, o más bien incertidumbre por no saber cómo va a ir, si al final me decantaré por un parto en el agua, estoy muy indecisa todavía.

16.- ¿Cuánto tardaste en quedarte embarazada? Pues llevábamos un año entre que si y que no, a veces usábamos protección otras no, luego paparockero se vino a Berlín y yo me quedé en Nürnberg y estuvimos 3 meses separados y con mucho estrés y ya casi ni lo teníamos en mente, si venía bien y si no pues nada, pero sin llevar las cuentas ni nada. Y vino, en cuanto me vine a Berlín del bichito decidió darnos la sorpresa.

17.- ¿Qué cambios has notado en tu cuerpo, a parte de la barriga? Pues lo primero, antes que la barriga de echo, fue el pecho, me creció como una talla en el primer trimestre, lo tenía muy sensible. Y la hinchazón en las piernas, éste último mes llevo los tobillos como si fueran melones, no hay manera de bajarlo y éste horrible calor no ayuda.

martes, 7 de junio de 2016

Receta de cookies.

Receta de cookies


Necesitaremos:

 - 75 gramos de harina.
 - 100 gramos de azúcar moreno.
 - 1 huevo. 
 - 1/4 cucharada de postre de levadura.
 - 75 gramos de mantequilla.
 - 1 paquete de pepitas de chocolate.
- 1/2 cucharada de postre de esencia de vainilla
- 1 pizca de sal




A cocinar:

Lo primero que tenemos que hacer es encender el horno a 175ºC, con calor arriba y abajo, yo personalmente le pongo con ventilador, pero es más preferencia personal porque creo que el calor se distribuye mejor.

Lo primermo que vamos a hacer va a ser derretir la mantequilla, ya sabéis que podéis hacerlo en el microondas o al baño María, eso a gusto de cada uno, yo lo hago con el micro porque es más rápido.

Una vez esté derretida la mantequilla vamos a batir con unas barillas, yo prefiero hacerlo a mano, la mantequilla con el azúcar, la vainilla y el huevo.

Cuando tengamos todos los ingredientes bien mezclados vamos a incorporar con una espátula y en movimientos circulares la harina, la levadura y la sal. El usar una espátula en vez de seguir con las barillas es, simplemente que a mi parecer, cuando la masa se espesa, trabajarla con la varilla es más dificil.

Ya por último añadimos las pepitas y removemos un poco más para que queden lo mejor esparcidas posible por la masa.

Cuando hayamos incorporado todos los ingredientes el horno ya estará a la temperatura ideal para hornear nuestras galletas.

En éste punto y con la ayuda de dos cucharas separo los trozos de masa, los redondeo como si estuviera preparando croquetas y los dejo en una bandeja de horno con un papel antiadherente o una base de silicona y las aplasto para hacer la forma redondita de las galletas.

Es importante no dejarlas muy gorditas para que no se queden crudas por dentro ni muy planas para que no se endurezcan durante el horneado. Que tengan más o menos el tamaño de las galletas que podemos comprar en el súper.

Dejamos hornear durante 15 minutos y veremos que nuestras galletas están doraditas por fuera y esponjosas por dentro.

Ya sólo queda dejarlo enfriar y disfrutar.

Ya sabéis que si os animáis a preparar vuestras propias galletas o cookies me gustaría saber qué tal os ha ido, si os ha parecido difícil, si os han gustado, etcétera.

Un besazo enorme y espero vuestras fotos y comentarios tanto aquí como en Instagram.